Reunión de la Comisión Diocesana del proceso SINODAL
Habiéndose reunido el sábado 14 la comisión Diocesana del Proceso SINODAL, el Equipo Dirigente ha elaborado la siguiente aportación:
El comentario general tras leer el documento es de riqueza, frescura y esperanza. No podemos dejar de constatar la sorpresa que nos ha provocado comprobar, como en tan diversas partes del mundo, las intuiciones, vivencias y tensiones son bastante similares.
La imagen de la tienda, que guía todo el documento, es muy sugerente y nos parece que expresa a la perfección tanto el objetivo inicial del Sínodo, como el sentir de la inmensa mayoría de las aportaciones recibidas. La imagen de la tienda nos llama a ampliar, abrir, a mantener la tensión en esa diversidad, a reforzar lo esencial, a ser conscientes que estamos en el exilio y caminar en consecuencia.
¿Qué intuiciones resuenan más fuertemente con las experiencias y realidades concretas de la Iglesia en el continente? ¿Qué experiencias parecen nuevas o iluminadoras?
- Alegría de ser preguntados y escuchados, tenidos en cuenta.
- Formato flexible, permitiendo diferentes grados de implicación.
- La sinodalidad pertenece a la esencia misma de la iglesia. Necesaria purificación de aquello que no va en consonancia con este “modo sinodal”.
- La dignidad del bautismo, iglesia – pueblo de Dios.
- Importancia y necesidad de una escucha sincera.
- Fundamental para la fecundidad de la Iglesia, aceptar esta realidad de final de época que vivimos, viviéndola como una experiencia de vaciamiento que nos lleve a llenarnos más de Cristo.
- El hecho de reunirse, de encontrarse, de formar grupo. Fortalecimiento del sentimiento de pertenencia, aumento del sentido de la eclesialidad.
- El propio método de la conversación espiritual y del discernimiento.
- Fuerte llamada a la misión. Una llamada a ser valientes y más auténticos como cristianos.
- Diálogo libre, sin temas tabús, sin prejuicios.
- Centralidad de la Palabra de Dios.
- Necesidad de continuar con el espíritu sinodal.
- Celebraciones más sencillas, profundas y cercanas.
- Estar abiertos a la sociedad, abrir las puertas a la gente alejada, … también retos sociales y medioambientales.
- Transparencia y autenticidad, sobre todo en los temas de abusos, sean de la índole que sean.
¿Qué tensiones o divergencias sustanciales surgen como particularmente importantes desde la perspectiva del continente?
- Iglesia de bautizados en la teoría, pero en la práctica, las estructuras y los modos de proceder no se corresponden con esa Iglesia-Pueblo de Dios.
- Escepticismo, desconfianza sobre la finalidad del Sínodo o sobre la repercusión de éste.
- No valorar la dignidad de toda persona humana, viva la circunstancia que viva.
- Perder de vista la Verdad: relativismo, …
- Clericalismo, tanto por parte del clero como de los laicos.
- Posturas extremistas en la Iglesia.
- Dificultad de abordar, acoger y dar respuesta a situaciones diversas (LGTBI, divorciados vueltos a casar, …)
- Hay movimientos que piden el rito tridentino.
- Temores y resistencia por parte del clero a hacer cambios
- Pasividad de los laicos para expresar su opinión o implicarse en responsabilidades.
- Unos muy ilusionados con una iglesia más abierta, renovadora, y otros más ilusionados con una iglesia más conservadora, más tradicional.
- A menudo quedamos atrapados en enfrentamientos estériles.
- Dificultad para ser comunidades significativas, capaces de atraer a personas que no vengan ya con una fuerte experiencia creyente.
- Conversión personal, vivir el Evangelio con más radicalidad.
- No entender la responsabilidad, ministerio, … como servicio, sino como propiedad o cota de poder.
- Limitaciones en las funciones de la mujer en la Iglesia.
En consecuencia, ¿cuáles son las cuestiones e interrogantes que deberían abordarse y considerarse en las próximas fases del proceso?
- Igual dignidad de todos los bautizados. Plena asunción de la corresponsabilidad. Cambio de mentalidad, que implica cambio de estructuras y formas. O cambio de estructuras y formas que ayudan a cambiar la mentalidad.
- Acogida de la diversidad, inclusión radical. Cómo acoger incondicionalmente a los que se sienten excluidos de la Iglesia. Nos ha interpelado especialmente el colectivo de las personas con discapacidad (n.36).
- Abrir una reflexión sobre el papel de la mujer en la Iglesia y hacer los cambios oportunos que se desprendan de dicha reflexión.
- Formación permanente
- 18 discapacitados
- Fomentar la escucha y la conversación espiritual. No como una acción instrumental sino cómo el modo de situarse de Dios.
- Ausencia de jóvenes. Nuevas fórmulas para llegar a aquellos a los que no llegamos.
- Conversión personal y estructural. Pasar de una oligarquía a una redarquía.
- Centralidad, escucha de La Palabra de Dios. Volver a los orígenes.
- El espíritu del Sínodo es abrirnos sin reservas al Espíritu, esto nos puede incomodar, pero es necesaria esta conversión. Vivir las tensiones como positivas, el Espíritu nos está impulsando. Debemos dejarnos guiar por él.
¿Cuáles son las prioridades, los temas recurrentes y las llamadas a la acción que pueden ser compartidas con las otras iglesias locales de todo el mundo y discutidas durante la primera sesión de la asamblea sinodal en octubre de 2023?
- Asumir y empezar a hacer los cambios necesarios para ser la iglesia de bautizados-pueblo de Dios que estamos llamados a ser. Sentirse parte. Corresponsabilidad.
- Escucha – Acogida, como el modo de ser de Dios. Escucha del Espíritu Santo (oración) y escucha de los otros (acogida). Dedicar recursos humanos y económicos.
- Iglesia en salida. ¿Qué hace falta hacer para ser la tienda del encuentro?
- Formación permanente y en sinodalidad. Cuidar la cultura sinodal.
- Oración.
- Comunión. Tenemos que poder trabajar con el que piensa diferente.
- La participación de las mujeres.
- Nº 34 nos chirría la manera de expresar.
- Cuidar la cultura sinodal.
Comisión Diocesana Proceso SINODAL