SANTOS DEL VERANO (III): SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ 20-07-2014

El 9 de agosto la Iglesia celebra la fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, que es también conocida por el nombre que le impusieron sus padres: Edith Stein. Estamos ante una santa de los tiempos modernos: fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por San Juan Pablo II. El mismo papa la proclamó patrona de Europa el año 1999. Su camino de fe es apasionante. Nació en el seno de una familia judía profundamente creyente. Estudió filosofía y quedó cautivada por el pensamiento de Husserl y, sobre todo, de Max Scheler, que se había convertido al catolicismo. Ella había perdido su fe judía. En su camino por encontrar la verdad, la lectura casual del libro de la Vida de Santa Teresa de Jesús, la lleva al cristianismo. Ella misma lo cuenta: «Comencé a leer y no pude dejarlo hasta que no lo terminé. Cuando lo cerré, me dije: <<Ésta es la verdad>>». ¿Cuál es la verdad que ha descubierto? Que Dios no es el Dios de la ciencia, sino que Dios es amor. En 1922 recibió el sacramento del bautismo.

A partir de este momento, Edith vivirá con el deseo de ingresar en el carmelo y con un sentimiento cada vez más intenso de pertenencia al pueblo judío. Su conversión al cristianismo no la ha apartado de su pueblo, sino que le ha unido con más fuerza a él. Lega a comprender «que el destino de ese pueblo llegaba a ser uno con el mío». En 1933 ingresa en el carmelo de Colonia. Su estancia en el carmelo se convierte en un aprendizaje de la «ciencia de la cruz» (éste es el título de una de sus obras más importantes), guiada por las obras del Padre de la orden San Juan de la Cruz. El nombre de religión (Teresa Benedicta de la Cruz) anuncia misteriosamente que ella será bendecida por la Cruz. El principio fundamental de esta «ciencia de la cruz» es que en todo cristiano «existe una vocación a la pasión de Cristo», que «los sufrimientos, llevados en unión con el Señor… son fecundos» y que todo cristiano está llamado a vivir su sufrimiento como miembro del Cuerpo de Cristo.

Esto que ella ha reflexionado y madurado en el carmelo de Colonia lo va a hacer vida. Debido a la situación política de Alemania y dada su condición de judía, es trasladada, por motivos de seguridad al carmelo de Echt (Holanda). Cuando los nazis invadieron Holanda, los obispos holandeses protestaron públicamente contra la persecución de los judíos. En represalia el régimen nazi organizó una persecución contra los católicos de origen judío. El 2 de agosto de 1942 la Gestapo arresta a Edith Stein y a su hermana, que se había refugiado con ella en el carmelo. Llevadas a Auschwitz, fueron asesinadas el 9 de agosto de 1942. Cuando fue apresada, una conocida ve cómo sor Benedicta le dice a su hermana: «Ven, vamos a sacrificarnos por nuestro pueblo». Junto con Cristo, judío como ella, ha ofrecido su vida por su pueblo. Su vocación carmelitana, su sentimiento de pertenencia al pueblo judío y la ciencia de la cruz que ha ido madurando en su corazón han llegado a su plenitud en la ofrenda de la propia vida.

Que es testimonio de esta gran santa nos ayude a estar más cerca de los que sufren.

Con mi afecto y mi bendición.

+ Enrique Benavent Vidal
Obispo de Tortosa