«»POR MUCHOS» Y «PER TOTS ELS HOMES» 05-03-2017

El primer domingo de cuaresma comienza a utilizarse en las misas que se celebren en castellano un nuevo misal. Es la tercera edición del misal de Pablo VI publicado después del Vaticano II. Por deseo del papa Benedicto XVI se ha introducido un cambio en la traducción de las palabras de la consagración del cáliz: «este es el cáliz de mi sangre… que será derramada por vosotros y por muchos (la versión anterior decía: por todos los hombres)”. De momento en catalán seguiremos diciendo vessada per vosaltres i per tots els homes.

Las razones que llevaron al papa Benedicto XVI a pedir esta modificación no son de carácter dogmático. De ningún modo se quiere insinuar que Cristo no murió por todos los hombres: Jesús no excluyó a nadie de su voluntad de salvación a la hora de entregar su vida. Tampoco se quiere sugerir que, aunque Jesús en su intencionalidad muriera por todos, de hecho su muerte no ha aprovechado a todos: quiénes son, han sido o serán los beneficiarios de la Redención es algo que únicamente Dios conoce. Desde la fe hemos de decir que Cristo quiso salvar a todos, y que para alcanzar esa salvación nos debemos abrir a su gracia para que se nos apliquen los méritos de su pasión. No debemos especular más.

Los motivos del cambio son de orden lingüístico. En el Nuevo Testamento encontramos las dos fórmulas. En el camino hacia Jerusalén, Jesús dijo a sus discípulos que él no había venido a ser servido, sino a «servir y dar la vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28; Mc 10, 45). Según los relatos de la institución de la Eucaristía de Mateo y Marcos, afirmó que su sangre iba a ser derramada por muchos (Mt 26, 28; Mc 14, 24). De hecho, cuando la misa se celebraba en latín, la fórmula de la consagración era una traducción literal de estas palabras de Jesús: se empleaba la expresión pro multis. En cambio, cuando comenzó a celebrarse en las lenguas vernáculas, el pro multis se tradujo por todos los hombres. Se hizo una traducción que era, al mismo tiempo, una interpretación.

Desde una perspectiva teológica se trata de una interpretación correcta, que ya se encuentra en el Nuevo Testamento: san Pablo repite que Cristo murió por todos (2Cor 5, 14-15; 1Tim 2, 6; Heb 2, 9), y en la carta a los Romanos (c. 5) usa todos y muchos alternativamente como sinónimos. Por ello, hay que afirmar que esta traducción-interpretación es concorde con la Palabra de Dios que ha sido inspirada por el mismo Dios. De hecho Benedicto XVI, en su obra Jesús de Nazaret, comentando el paso del muchos de Jesús al todos de Pablo, afirma: «queda cada vez más claro que Cristo, de hecho, murió por todos».

En el muchos de Jesús no hay deseo de excluir a nadie, sino de incluir a toda la humanidad, que es una multitud incalculable. Pero, puesto que Jesús, al instituir la Eucaristía usó la expresión por muchos, Benedicto XVI quiso que se respetaran con fidelidad sus palabras. Por ello, no debemos interpretar este cambio como un deseo de excluir a nadie de la salvación; tampoco podemos afirmar que la fórmula por todos los hombres no es fiel a la fe cristiana; ni debemos pensar que entre las dos fórmulas hay oposición. En todo caso este cambio nos debe llevar a acoger con gratitud el don de la salvación que se nos da en la Eucaristía y a desear y pedir que alcance a todos.

+ Enrique Benavent Vidal
Obispo de Tortosa