Las Hermanas Clarisas de Tortosa celebraron la fiesta de Santa Clara

El dia 11 de agosto, las hermanas clarisas de Tortosa celebraron la fiesta de Santa Clara de Asís. Fue una gran santa del siglo XII. Aunque pertenecía a una de las familias de mayor linaje de Asís, sentía un gran amor por la pobreza y solicitó del Papa Inocencio III el “Privilegio de la pobreza” por el que le autorizó a vivir sin rentas ni posesiones, es decir, en absoluta pobreza, carisma que caracteriza a las Hermanas Pobres de Sant Clara.

A las 19 horas, un buen número de tortosinos nos reunimos en el monasterio de las clarisas para celebrar la Eucaristía presidida por el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Javier Vilanova y concelebrada por Mn. Pascual Centelles y Mn. Antonio Ripollés. Entre los que participamos de la celebración estaban la Alcaldesa de la ciudad, Sra. Meritxell Roigé acompañada de algunos miembros del Consistorio Municipal, la Presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Clara, Sra. Enriqueta Blanch y el Vice-Presidente Honorífico de la Asociación de Vecinos, Sr. Manolo Cardona. Con el canto de entrada “Con pleno corazón” se inició la Missa.

A continuación el obispo Dn. Javier, nos dirigió unas breves palabras: Queridos hermanos y hermanas. Con alegría nos hemos reunido en esta comunidad de clarisas para celebrar la fiesta de Santa Clara de Asís, que al lado de San Francisco, tantas hermanas a lo largo de los años han seguido su carisma. Las hermanas se encargaron de todos los cantos. Después de “Señor ten piedad” y del “Gloria a Dios en el cielo”, la hermana Teresa proclamó la primera lectura del profeta Oseas (Os 2, 14b, 15b, 19-20)  y el  Salmo responsorial 44, 11-12, 14-15.16): “Llega el Esposo, salid a recibir a Cristo el Señor”.  La segunda lectura fue de la  2ª carta de San Pablo a los corintios (2 Co 4,6-10). Después del canto del “Aleluya” se proclamó el Evangelio según San Juan (Jn 15, 4-10).

El obispo Javier empezó la homilía saludando a los hermanos en el sacerdocio, alcaldesa y autoridades, asociación de vecinos, hijos e hijas de Dios. Nos hemos reunido para celebrar la fiesta en honor de Santa Clara. Nació el año 1193 i el Señor la llamó el 1253, por tanto tenía sesenta años. Han pasado muchos siglos, pero nos dejó muchos signos de fe y es muy importante en el momento en que vivimos, la existencia del convento, puesto que estamos atravesando tiempos de mucha secularización. Vamos a considerar tres puntos:

1) Cómo vivió Clara su fe en Cristo. Fue el testimonio de San Francisco a quien muchos le siguieron porque se enamoraron del amor apasionante por el Señor. Hoy hay muchas dificultades para vivir  la propia vocación, pero el testimonio es muy importante. Cuando este verano hicimos el Camino de Santiago, cuantos jóvenes dejaron su testimonio de fe. Cuando llegamos a Compostela, todos participaron de la Eucaristía y fue tal su testimonio, que  una joven decidió vivir como ellos. Hemos de dejar huella en los demás y tenemos obligación de compartir lo que el Señor nos da.

2) Santa Clara permanecía unida al Señor. La presencia real de Jesús en la Eucaristía nos mueve el corazón, porque estamos junto al Corazón de Jesús. No es suficiente asistir a la Eucaristía los domingos y fiestas de precepto, sinó que deberíamos ir todos los días a la celebración de la Misa. Clara vivía unida al Señor. Que podamos llegar a contemplarlo. Hoy estamos aquí para decirle que queremos gastar la vida por El.

3) La pobreza de Clara. Una pobreza espiritual de sed de Dios para poder decirle: Señor, te necesito a Ti. Hemos de compartir lo que tenemos con los hermanos pobres, a quienes tenemos que ayudarles siempre que podamos.  Pero sin Cristo somos muy pobres para ayudar a los pobres. No tengáis miedo. Resurgirá vuestra fe convencidos de que el gran amor que Dios nos tiene todo lo puede. Amén.

Mn. Pascual hizo las plegarias y en el momento del ofertorio cantamos: “Te presentamos Señor, estos dones de tu amor”. El canto de comunión fue un fragmento de la segunda carta que Santa Clara escribió a su hija espiritual, Santa Inés de Praga.

Mons. Javier Vilanova, antes de darnos la bendició final de la Eucaristía nos dijo: Que Santa Clara interceda por todos nosotros, en especial por  nuestras hermanas Clarisas. Recibid con gozo la bendición del Señor. Y acabó la celebración cantando el Himno de Santa Clara. A continuación todos los asistentes fuimos obsequiados por las hermanas Clarisas con un piscolabis preparado por ellas.

Maria Joana Querol Beltrán