LA IGLESIA, UNA GRAN FAMILIA 04-11-2018

El próximo domingo se celebrará en todas las diócesis el día de la Iglesia diocesana, la Jornada de germanor. Para la gran mayoría de los católicos, la experiencia concreta de su pertenencia a la Iglesia se vive en el ámbito de la parroquia, que es la comunidad en la que se celebran los sacramentos, se escucha la Palabra de Dios y se vive la fe. Pero no podemos olvidar que las parroquias no son comunidades aisladas y encerradas en sí mismas. Son parte de una Iglesia particular presidida por el obispo en comunión con el Santo Padre, que es quien garantiza nuestra unión con la Iglesia universal.

La vinculación a la Iglesia diocesana, llevando a la práctica las orientaciones pastorales que propone el obispo después de haber consultado a los distintos organismos diocesanos, y participando en las actividades que se organizan a lo largo del curso, nos ayuda a crecer en el sentido de nuestra pertenencia a la Iglesia y a superar la tentación del aislamiento, que tanto daño hace a la comunidad cristiana. Es evidente que las propuestas pastorales que se ofrecen a toda la comunidad diocesana no agotan la vida eclesial. Se trata de unos elementos fundamentales que todos debemos compartir y que no impiden otras posibles iniciativas parroquiales para responder a las exigencias de la evangelización en el momento actual.

Para el curso que recientemente hemos comenzado se han programado una gran cantidad de actividades de carácter diocesano, dirigidas a todos los agentes de pastoral que están comprometidos en distintos ámbitos de la vida eclesial (catequistas, voluntarios de caritas, agentes de pastoral prematrimonial y familiar, profesores de religión, etc…); a cristianos de todas las edades, estados y condiciones (niños, jóvenes, laicos adultos y personas de la tercera edad, solteros y padres de familia, sacerdotes y miembros de institutos de vida consagrada, enfermos, etc…); y que tienen como finalidad ayudar a todos en la formación permanente para realizar mejor el compromiso cristiano al que cada cual está llamado según su vocación. Si desean más información les animo a consultar la agenda diocesana, en la que encontrarán la programación y las fechas de las aproximadamente 75 convocatorias que se han preparado para el presente curso 2018-2019.

Todo esto no se podría realizar sin unos medios materiales que son necesarios para las distintas actividades pastorales. Esta jornada es, por ello, una ocasión para cumplir con el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Por mi parte, estoy convencido de que la economía de la diócesis, de las parroquias y de cualquier institución eclesial debe regirse por tres principios: la transparencia, la solidaridad y la austeridad. Los bienes de la Iglesia son para realizar aquellas actividades necesarias en orden a cumplir su misión. Y si ella está comprometida en conservar y defender todo aquello que forma parte de su patrimonio, como pueden ser los templos y otros lugares de culto que se han construido a lo largo de los siglos gracias a la fe del pueblo de Dios, y que todavía hoy sirven para expresar y vivir esa fe, no es para enriquecerse, sino para garantizar que continuarán utilizándose para el fin para el que fueron construidos por el pueblo cristiano.

Con mi bendición y afecto.

+ Enrique Benavent Vidal
Obispo de Tortosa