LA FAMILIA Y LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS 07-04-2019
Durante este mes de abril se inicia un periodo en el que los padres tenéis que tomar decisiones importantes en lo que respecta a la educación de los hijos, puesto que es el momento de la preinscripción para el próximo curso escolar. Debéis elegir el centro que consideráis más adecuado para su formación, y también decidir si queréis que participen o no en la clase de religión católica. Son dos decisiones importantes para su educación.
Estamos ante un deber moral de los padres y también de un derecho que el Estado debe respetar. En las circunstancias que estamos viviendo todavía son actuales las palabras del Concilio Vaticano II (GE 7) donde se «recuerda a los padres la grave obligación que les atañe de disponer, aun de exigir, todo lo necesario para que sus hijos» puedan recibir una educación moral y religiosa, y de este modo, «progresen en la formación cristiana a la par que en la profana». Además, «la Iglesia aplaude a las autoridades y sociedades civiles que, teniendo en cuenta el pluralismo de la sociedad moderna y favoreciendo la debida libertad religiosa, ayudan a las familias para que pueda darse a sus hijos en todas las escuelas una educación conforme a los principios morales y religiosos de las familias».
Para poder ejercer su derecho, los padres han de tener la posibilidad de elegir para sus hijos la enseñanza de la religión en la escuela. La dimensión religiosa forma parte de la vida del hombre, que es un ser abierto a la trascendencia. Sin esta materia los alumnos están privados de un elemento fundamental para la formación, que ayuda a alcanzar una armonía vital entre fe y cultura. La enseñanza escolar de la religión es diferente y complementaria a la catequesis de la parroquia. Además del diferente ámbito donde cada una es impartida, son diferentes las finalidades: la catequesis se propone promover la adhesión personal a Cristo, mientras que la enseñanza escolar de la religión transmite a los alumnos los conocimientos sobre la identidad de la fe y de la vida cristiana, y sobre su compatibilidad con la cultura y la ciencia.
Otra de las decisiones importantes que debéis llevar a cabo en estas fechas es la elección del centro educativo. Desgraciadamente vivimos situaciones de inversión ética en la escuela por ciertas ideologías, que afectan a la moralidad de las personas y se quieren imponer a todos faltando a menudo al respeto al derecho a la libertad religiosa. También se pretende quitar a la escuela una parte importante de la misión que esta tiene, que no consiste únicamente en transmitir unos conocimientos, sino formar también en valores según una determinada concepción de la persona.
Por eso, la presencia de la iglesia en el mundo de la educación es hoy tan necesaria como en otros momentos de la historia, si queremos garantizar la pervivencia de una cultura cristiana y de unos valores que dignifican a la persona. Las escuelas católicas quieren ser un referente de calidad y equidad, en permanente búsqueda de la verdad e innovando para lograr un mejor aprendizaje, buscando la personalización y la adaptación a cada alumno. Con una propuesta que, teniendo como modelo a Jesús, ofrece a la persona un horizonte de sentido y caminos de crecimiento integral.
Con mi bendición y afecto.
+ Enrique Benavent Vidal
Obispo de Tortosa