II Jornada de los abuelos y mayores en San Bartolomé

Este sábado y domingo (23 y 24 de julio 2022) hemos celebrado la segunda Jornada mundial de los abuelos y de los mayores, instituida por el papa Francisco el año pasado.  ¡Qué bien! Los abuelos nos sentimos acogidos y valorados por la Madre Iglesia. No hemos finalizado el trayecto de vivir. Estamos recorriendo, sí las últimas curvas que nos conducen al Cielo, pero vivientes, sabedores de que somos hijos de Dios y que Él, por medio de la Madre Iglesia, nos ama, aprecia y regala frutos. En la vejez seguimos dando fruto. Somos los árboles que en otoño y verano cargados y repletos de frutos para que todos quienes pasen por nuestro lado los puedan gozar y venerar. En la vejez los abuelos de Jesús produjeron un fruto que es reflejo de su santidad: su hija María. Sí, en medio de nuestras limitaciones, enfermedades, seguimos regalando el fruto de la santidad apoyados por los mimos de la Madre Iglesia donde Jesús se vuelca con sus ojos luminosos para que nadie se pierda y se deje apabullar. Jesús es la luz y fruto para nuestras vidas otoñales, cargados con frutos. Y los frutos siempre los regala el Señor, espléndido como siempre. Somos vivientes por la gracia de Dios en medio de “una ancianidad activa también desde el punto de vista espiritual, cultivando la vida interior por medio de la lectura de la Palabra de Dios, la oración cotidiana, la práctica de los sacramentos y la participación en la liturgia”; ofreciendo a los hijos y nietos un “afecto lleno de atenciones”; y acercándonos a los pobres y afligidos “con la ayuda concreta y la oración”. De este modo, en la ancianidad se siguen dando frutos”.

Agradecemos el cariño mostrado por los nietos, los hijos y la familia de la Iglesia.

Manuel Ferrer