Celebración de la Eucaristía en el Templo de la Reparación de Tortosa, en memoria de los beatos Pedro Ruiz de los Paños y Joaquín Jovaní y compañeros mártires
El dia 25 de octubre de 2022, se celebró una Eucaristía en el templo de la Reparación de Tortosa, en memoria de la beatificación de treinta mártires de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos fundada por el beato Manuel Domingo y Sol. Los cuatro últimos fueron beatificados en la Catedral de Tortosa, el 30 de octubre de 2021. Al inicio del pasillo central, junto al presbiterio, estaban las reliquias i las fotos de los mártires y unas velas encendidas, una por cada uno de ellos. La Misa fue presidida por el obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Javier Pérez Pueyo y concelebrada por el obispo de Santiago de Chile, Mons. Cristian Roncagliolo, el Director General de la Hermandad, Dn. Florencio Abajo Núñez y trece sacerdotes. También participó de la celebración el diácono permanente de nuestra diócesis, Mn. Juan Bautista Jovaní Casanova. El concejal del Ayuntamiento de Tortosa, Sr. Domingo Tomás Audí, asistió en representación del mismo y participaron de la Eucaristía un buen número de fieles. Los cantos fueron a cargo del Sr. Antoni Perulles.
Se inició la Missa con el canto de entrada “Juntos como hermanos” y a continuación el Sacerdote Operario Diocesano Dn. José Ayllón Hidalgo, que presta su servicio pastoral en el Templo de la Reparación de Tortosa, hizo la monición de entrada. Hace unos meses celebramos en nuestra catedral la beatificación de treinta sacerdotes mártires que siguieron los pasos de Dn. Manuel Domingo y Sol. Las palabras tienen vida cuando van acompañadas de obras. Los compañeros Operarios mártires predicaron el amor de Dios y entregaron su vida por Cristo. Que su ejemplo sea para nosotros una ayuda para crecer en la fe y en santidad. Nos dijo Dn. José que durante la celebración solo se citarían los nombres de dos mártires: Pedro y Joaquín, y compañeros mártires, pero ahora voy a leerlos todos.
A continuación Dn. Ángel Javier Pérez nos dijo que estábamos celebrando la Eucaristía en este Templo en el qual tantas veces la celebraron Mosén Sol y muchos sacerdotes de la Hermandad. Después de cantar el “Gloria” de Lourdes, se proclamaron las lecturas. La primera y el salmo responsorial, Dn. Mariano Lalana, que fue profesor del colegio de los Operarios, “Sant Josep” de nuestra ciudad. 1ª lectura (2ª Cor 4, 7-15). El salmo responsorial 126: “Los que sembraron con lágrimas cosechan entre cantares”. Después de cantar “Aleluya”, Mn. Juan Bautista Jovaní, diácono permanente de nuestra diócesis, proclamó el Evangelio según San Juan (Jn 15, 18-25).
El obispo que presidía la celebración, Dn. Ángel Javier, hizo la homilía. Si pudiésemos sintetizar en pocas palabras lo que estamos celebrando diríamos: La beatificación de treinta mártires. Saludó al Sr. Obispo concelebrante, Mons. Cristian Roncagliolo y al Director General, Dn. Florencio Abajo. Quiero saludar también a vuestro Obispo, Dn. Enrique Benavent y ahora arzobispo electo de Valencia; a los sacerdotes, a los que fueron profesores del colegio Sant Josep y a todos los que participáis de esta Eucaristía. Que suerte tenéis los tortosinos de tener a Mosén Sol; nacido en esta tierra, pero su espíritu está en la Iglesia universal. Fue el apóstol de las vocaciones sacerdotales. ”No estamos destinados a salvarnos solos”. En el cielo viven las personas transparentes y allí todo se vive desde la luz y el amor. Se han hecho cuatro procesos de beatificación y el último se hizo en Tortosa. Nuestros mártires no han caído del cielo; nacieron de una familia y crecieron entre nuestra gente y estos treinta crecieron en esta diócesis. ¿Desde donde quieres Señor que yo te siga, que yo te sirva? El martirio es el mejor regalo que el Señor nos puede dar. Nuestros mártires son la corona y la joya de los sacerdotes Operarios. Bendito seas Señor, que un día nos llamaste en la Hermandad para ser formadores de mártires. El Señor nos da a cada uno la gracia para ser pastores santos, porque son los que ayudan a santificar nuestras comunidades. El martirio de los treinta hermanos sacerdotes dará frutos de una vivencia de amor. Hoy vivimos en un mudo que trata de suplantar a Dios, pero, nunca podrán con ello. ¡Qué mejor ejemplo que estos treinta hermanos que dieron la vida por el Maestro de maestros, el Señor! Que así sea.
Después, el diácono permanente hizo las plegarias. Por el Papa, por la Iglesia, por los cristianos que padecen persecución, por los que sufren torturas, para que acepten con ánimo el dolor, por los jóvenes, por los Sacerdotes Operarios Diocesanos, por todos nosotros para que el ejemplo de nuestros mártires nos reconforte para llevar la cruz de cada día. Roguemos al Señor.
En el ofertorio cantamos: “Bendito seas, Señor”. Antes de la consagración, Dn. Ángel Javier nos dijo unas palabras: El 27 de diciembre de 2014 recibí mi nombramiento de obispo y el 22 de febrero del año siguiente fue mi ordenación episcopal. Este día me obsequiaron con un libro que hace referencia a los que dieron la vida por Cristo, de la diócesis de Monzón. Fueron 210 sacerdotes y 35 seglares. ¡Qué bonito que la santidad brille con luz propia! Vamos a pedir unos por otros y a hermanarnos Tortosa y Barbastro a los pies del beato Manuel Domingo y Sol. ¿Cuál es la obra que hizo Mosén Sol para alabar a Jesucristo? Este Templo. ¿Cuál fue la obra de Jesús para amarle y seguirle? La Eucaristía.
Durante la comunión cantamos “Pescador de hombres” y después de la acción de gracias, el Director General de la Hermandad nos dirigió unas palabras: En primer lugar os quiero dar las gracias a todos los que formáis parte de esta gran familia. Y ahora os quiero decir dos cosas: La primera que el testimonio de los mártires nos despierte un espíritu decidido para caminar lanzándonos hacia el Señor. La segunda, que nuestros mártires intercedan por todos, haciendo que nuestros pasos sean firmes en el camino de la vida hasta llegar a la vida eterna. Ahora el siguiente paso ha de ser la canonización de Mosén Sol. Oremos por esta intención.
Mons. Ángel Javier Pérez Pueyo nos dio la bendición final. A Cristian, hermano en el episcopado, al Director General, a los concelebrantes y a todos los fieles voy a daros mi bendición. A continuación, el diácono permanente dijo las palabras finales de la celebración: En el nombre del Señor Resucitado, hermanos podéis ir en paz. Nos despedimos con el canto: “Sois la semilla que ha de crecer”. Encomendemos al Señor la pronta canonización de nuestro beato Manuel Domingo y Sol. Encomendemos al Señor la pronta canonización de nuestro beato Manuel Domingo y Sol.
Maria Joana Querol Beltrán